En el imaginario colectivo, y sobre todo gracias a Champagne, se ha instalado esa imagen de lujo, placer y hedonismo en una copa de líquido amarillo con millones de finas burbujitas ascendiendo en egregias columnas gaseosas. El vino de los ricos, de los refinados, de los sibaritas, de las clases dominantes.
Buen asunto para las marcas, a lo mejor no tanto para los consumidores que pueden percibir como una barrera estos condicionantes y que además no identifican las burbujas con el vino.
Sin tratar de desmitificar, pero poniendo las cosas es su sitio , queremos navegar entre lo líquido y lo gaseoso, que no la gaseosa, aunque algunos espumosos desgraciadamente te se acerquen más al agua carbonatada que al vino con segunda fermentación.
Dedicamos el nuevo podcast de «Dispersiones y buen vino» a los vinos espumosos, en este programa que pretende no sólo brindar, sino disfrutar durante toda esta media hora de uvas y burbujas.
